Casarse es un momento especial que compartimos con amigos y familiares cercanos en el que dos personas totalmente libres para decidir pasar el resto de su vida en lo próspero y en lo adverso juntos, que llevan también una serie de tradiciones y tendencias propias.
Una boda requiere de cientos de detalles planificados, desde el horario, tipo de banquete, personas a invitar y el tipo de tradiciones a incluir, ya sea por un tema cultural hasta por la temporalidad en la que se realiza la ceremonia.
No obstante, quizás lo que no tomamos siempre tan en cuenta, sobre todo los invitados es el “dress code” y “código de vestimenta” que en más de una ocasión puede generarnos un problema o hasta malos momentos a los novios.
Los colores prohibidos para llevar a una boda si eres mujer
Todo en esta vida termina siendo relativo y la cultura de cada país dictaminará costumbres específicas para las mujeres que asisten a una boda como que el blanco para los hindús y budistas es un color de luto en vez del negro o que en la India no puedes llevar vestidos rojos o amarillos porque serán los colores de la novia.
Pese a que hay reglas “universales de etiqueta y color” que dictan que a menos de que el código de vestimenta indique claramente que todos deben ir de negro o de blanco, (por la moda “black and white”), normalmente se asume que evitarás esos tonos y que por la mañana no se llevan pedrerías, brillos o colores oscuros y que de noche no llevarás colores claros, encajes o vestidos demasiado vaporosos.
Otro de los colores prohibidos es el rojo, pero, ¿por qué?
La razón por la que no debes llevar rojo a una boda
En América Latina o Europa idealmente no deberías llevar dos colores si eres invitada a una boda y la novia no te lo pide así, que son: el blanco y el rojo.
El blanco porque desde que la Reina Victoria lo institucionalizó como el “color de las novias” en 1840 es bien asumido que las mujeres llevarán ese color en su vestido, (aunque ya se había usado desde María Estuardo en 1558).
Y el rojo, porque de acuerdo a historiadores era el color de las amantes y el despecho, siendo asociado con la sexualidad, pasión y deseo, según la costumbre de los siglos XIX y XVIII esta era una forma de protesta silenciosa de parte de la “segunda mujer” del novio y una declaración contra la próxima esposa.
Por otro lado, también se señala porque el color rojo a diferencia del blanco destaca mucho en cualquier momento del día al ser un color primario y muy llamativo, que podría opacar a la novia en su gran día.
Así que ya sabes, si la novia no te lo pide, rojo y blanco quedan descartados para tu vestido.
Te podría interesar: Confirman fecha de estreno para Mi Gran Boda Griega 3
