Aunque en muchas instituciones y religiones del mundo se han abierto espacios para que las mujeres accedan a cargos de liderazgo, en la Iglesia Católica no existen sacerdotisas ni papas mujeres. Esta restricción, que ha sido objeto de cuestionamientos y debates, se mantiene vigente por razones principalmente doctrinales.
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¿Por qué las mujeres no pueden ser papas o sacerdotisas?
La Iglesia Católica basa esta práctica en el argumento de que Jesús eligió únicamente a hombres como sus apóstoles, lo que para el Vaticano representa un modelo que debe preservarse.
Este principio fue reforzado en 1994 por el Papa Juan Pablo II, quien en su carta apostólica Ordinatio Sacerdotalis declaró que la Iglesia no tiene autoridad para conferir la ordenación sacerdotal a las mujeres, y que dicha enseñanza debe mantenerse como definitiva entre los fieles.
Además, el Código de Derecho Canónico indica que solo un varón bautizado puede recibir válidamente las órdenes sagradas, es decir, ser ordenado como sacerdote o llegar a ser obispo. Como el papa debe ser obispo, esta condición impide que una mujer pueda ocupar el pontificado.
¿Puede cambiar esto en el futuro?
Aunque en otras ramas del cristianismo sí se permite que las mujeres sean pastoras o líderes religiosas, la Iglesia Católica mantiene una postura conservadora en este aspecto.
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