Seguro ya esperabas con ansias el Día de la Calendaria para comer unos ricos tamales, pero si el pasado 6 de enero te salió el Niño Dios en la Rosca de Reyes, quizás no estás muy emocionado porque te toca pagar los tamales, pero ¿te has preguntado por qué se celebra el Día de la Candelaria?
El Día de la Candelaria es una tradición resultado de la fusión de dos culturas, la europea y la mesoamericana, fue en la época colonial cuando se utilizó para catequizar a la población indígena.
Este 02 de febrero de acuerdo a la religión católica se acostumbra a cambiar la vestimenta del Niño Dios.
“De una forma clásica, es decir, vestido de blanco con vivos dorados, hoy se ha pasado a indumentarias tan variadas como las de bombero, médico, futbolista o policía. Dicha diversificación causa polémica y muchas personas consideran una ofensa que la imagen del Niño no lleve las ropas que marca la tradición, y se le atavíe con otras identidades”, mencionó Roberto Álvarez, académico de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán, de la UNAM, Roberto Álvarez Manzo.
El Día de la Candelaria alude a la presentación del Niño Jesús en el templo y el acto de purificación de la Virgen María después del parto a 40 días de la Navidad.
¿Por qué se fusionó la tradición con la celebración Europea?
Parte de la celebración de Europa, consistía en encender candelas (velas), en México se produjo un sincretismo, un “ensamble” con las tradiciones de los antiguos mexicanos.
En el proceso de colonización los españoles se dieron cuenta que la sincronía de ambas fiestas podía ser un mecanismo ideal para la catequización. Así, las candelas se fusionaron con esta celebración de tipo agrario que buscaba obtener una buena siembra con ofrendas a los dioses en mesoamérica.
El consumo de tamales va de la mano con esos rituales agrícolas. El maíz es una planta simbólica en nuestro país, un “elemento dador de vida” que perpetúa las condiciones esenciales de existencia dentro de un orden cosmogónico, por eso era parte de los regalos ofrecidos a las deidades en el inicio de la temporada de siembra”, relata Álvarez Manzo.
Aunque la celebración que conocemos inició en la época colonial, fue hasta el siglo XIX cuando se popularizó, para inicios del siglo pasado, la oportunidad de que la gente conviviera, se uniera y compartiera los alimentos, se había generalizado, sobre todo en la parte central de México.
No obstante, con el paso del tiempo ha tenido transformaciones importantes, aunque la principal es que las referencias a lo religioso se han perdido o, por lo menos, quedado difusas.
Eso ocurre con excepción de lugares como Tlacotalpan, Veracruz; Huaniqueo, Michoacán, o el pueblo de la Candelaria, en Coyoacán, al sur de la Ciudad de México, donde la patrona es la Virgen de la Candelaria y se celebra la fiesta mayor del pueblo.
En las zonas donde hay un arraigo comunitario o local hacia la Virgen, esa devoción se expresa con arcos de flores, tapetes de aserrín, verbenas, jaripeos y hasta procesiones con la imagen religiosa, como ocurre en aquel Pueblo Mágico veracruzano, donde es llevada en una piragua a un recorrido por el río Papaloapan.
De acuerdo con Álvarez Manzo, para la mayoría de gente sólo es una fiesta asociada a la convivencia, a tener un momento de encuentro y al consumo de alimentos relacionados con el maíz.
Te podría interesar: Secretos de un buen atole
Veracruz está listo para su tradicional fiesta de la Candelaria 2023