Trabajar en los medios de comunicación podría ser una ventaja para muchas personas ya que pueden enterarse de lo que ocurre antes que cualquiera, es todo un privilegio, pero a veces puede resultar un arma de doble filo.
Un periodista brasileño acudió al llamado del medio de comunicación para el que trabajaba a fin de compartir la noticia de un accidente entre un automóvil y una camioneta, por lo que de inmediato se traslado al lugar y mientras realizaba su labor de forma oportuna, sin imaginarlo descubrió que la persona que había fallecido era su propio hijo.
Se trata de Carlos Alberto Baldassari, reportero de Araraquara, Sao Paulo, quien en ese entonces transmitía la noticia para un programa de Facebook.
Al momento de narrar lo sucedio explicaba que uno de los dos vehículos involucrados en el accidente tuvo una víctima mortal, al acercarse para poder ver mejor, descubrió que era su hijo el que había perdido la vida.
Fue la peor manera para enterarse que su hijo, Tiago Cequeto Baldassari, de 32 años era quien viajaba en el automóvil y que lamentable no pudo sobrevivir.
¿Porqué ocurrió el accidente?
Fue tal la sorpresa que Carlos detuvo la transmisión en vivo unos momentos, dejando en suspenso a los que estaban conectados, luego de unos minutos retomó la grabación y señaló que la víctima era su hijo.
La impactante noticia causó conmoción y los seguidores de la página “Balda News” le expresaron su solidaridad.
“Desgraciadamente, en este mundo de la información, hay veces que tenemos que cubrir acontecimientos que implican a miembros de la familia. Por desgracia, hoy es mi hijo. Perdemos a Tiago y que Dios lo reciba con los brazos abiertos, era un buen chico, con un buen corazón”, señaló el periodista para su canal.
Posteriormente la Policía de Carreteras de Brasil informó que ambos vehículos involucrados se impactaron de frente y el conductor de la camioneta explicó que el automóvil fue el que invadió el carril del sentido contrario.
Tiago murió dejando a su esposa embarazada de tres meses y a su pequeña hija de tan solo 8 años de edad.
El suceso provocó un profundo pesar en la sociedad brasileña.
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