El sacrificio de la abeja melipona, ¡conócela!
Una abeja sin aguijón defiende su hogar hasta la muerte para conocer la especie de abeja sagrada que habita en el Estado de Morelos.
En el corazón del sureste mexicano vive una pequeña guerrera: la abeja melipona. No pica, pero muerde con tal fuerza que muere en el intento de proteger su colmena.
Su miel, tan escasa como poderosa, ha sido considerada sagrada desde tiempos prehispánicos por los pueblos mayas, que realizaban hasta seis ceremonias al año en su honor.
Hoy, esta abeja ancestral produce mucho más que miel: cera, polen, propóleo... y un trabajo incansable como polinizadora natural. Aunque genera apenas litro y medio de miel al año—mucho menos que sus primas europeas—sus beneficios son únicos: fortalece el sistema inmune, cura heridas, ayuda en tratamientos dérmicos y es la base de múltiples productos cosméticos.
Además, gracias a ella, las cosechas de aguacate, chile habanero, mango y más, rinden mejor. Su polen, incluso, tiene un valor proteico superior al de otras especies.
Y aunque durante siglos fue considerada tributo valioso en la época colonial, hoy corre el riesgo de quedar en el olvido. Conocerla, valorarla y protegerla, es proteger también nuestra salud, biodiversidad y raíces culturales.
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