Las chicharras, esos insectos conocidos por su canto estridente en temporada de calor, tienen un lugar especial en la memoria colectiva de los habitantes de Cuernavaca. Además de marcar la llegada del calor, están rodeadas de creencias populares que han pasado de generación en generación.
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El canto de las chicharras como señal del calor extremo
Uno de los mitos más comunes en Cuernavaca es que cuando las chicharras comienzan a cantar fuerte y de forma constante, es una advertencia de que se aproxima una ola de calor. Aunque esta creencia no tiene sustento científico, muchas personas aseguran que su canto coincide con los días más calurosos del año.
Presagio de lluvias o cambio de estación
En otras versiones del imaginario popular, el sonido de las chicharras también es interpretado como un anuncio de lluvias cercanas. Este mito está vinculado con los ciclos naturales, ya que las chicharras emergen en ciertos momentos del año, especialmente al inicio de la temporada de lluvias, lo cual refuerza la asociación entre su canto y los cambios climáticos.
Mensajes del más allá
Algunas personas mayores en la región asocian a las chicharras con espíritus que anuncian mensajes del más allá o con seres guardianes de la naturaleza. En zonas más rurales de Morelos, existen incluso relatos que señalan que matar una chicharra trae mala suerte o que su canto representa advertencias de tipo espiritual.
Chicharras. pic.twitter.com/8VFxVveSuj
— 💰Antonella💰 (@antolina123) April 16, 2025
Su presencia sonora de las chicharras forma parte del ambiente típico de la ciudad durante los meses de calor. Su canto es tan familiar como el de los grillos por la noche, y se les atribuyen significados que, aunque varían, reflejan el arraigo la tradición oral en Cuernavaca.
¿Y tú, qué crees que anuncian las chicharras?
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La verdad de las chicharras en Morelos