Gastronomía de Morelos... ¡Para chuparse los dedos!

México huele, sabe y se ve muy bien, tan es así que somos prácticamente el único país en el mundo en el que se cree que los muertos regresan de la tumba o del “más allá”, (“Mictlán” para los pueblos originarios), sólo para poder degustar los manjares que les gustaban cuando estaban vivos.

Además, nuestro país posee la distinción de que su gastronomía es considerada un patrimonio de la humanidad, es decir, que es tan representativa de nuestras tradiciones y costumbres que debe ser resguardada.

La UNESCO es la entidad a nivel internacional que otorga la declaración de Patrimonios Culturales Materiales o Inmateriales de la humanidad a diferentes acciones, objetos, riquezas naturales y perspectivas inmateriales que representen un legado cultural que transmitiremos a las generaciones futuras, siendo parte de la identidad, costumbres y tradiciones de un país.

Es decir, no sólo las cosas sino las acciones que las crean desde la diversidad creativa que surge de los portadores que tienen formas específicas de hacerlas.

Por eso, la gastronomía mexicana la cual ha sido catalogada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la humanidad desde 2010, comprometiendo a esta instancia, al país y a sus portadores, (chefs, mayoras, cocineros, etc.), a proteger y preservar las tradiciones culinarias de México para la posteridad.

Son los tragones, los de buen “diente” o “buen comer”, y parece chiste, pero es literal, las personas que disfrutamos de las delicias culinarias cual “sibarita” y viajan motivadas por servicios, rutas, productos y destinos gastronómicos principalmente, complementando su viaje con atractivos turísticos, de 2010 a la fecha, con poco más de una década de distancia cada vez más viajeros eligen un destino por los sabores, aromas y texturas de los platillos típicos, así como por las historias que albergan.
En México existen poco más de 18 rutas gastronómicas para conocer, por ejemplo “La ruta de los mercados” que comprende los estados de Cuernavaca y Morelos que seguro no querrás perderte.

Si visitas por primera vez Cuernavaca y no tienes ni idea de qué probar, tienes que saber que hay para todos los gustos desde unas garnachitas callejeras, hasta comida para restaurante o puestito e incluso algunas bebidas espirituosas que te podrían mover el piso.

Primero que todo tenemos al “huaxmole” que es un tipo de mole de la semilla del árbol de leucaena, típico de la región central de México que le dan color rojo o verde a la preparación que puede ponerse con carne de cerdo o pollo.

Ahora bien, si lo tuyo son más los taquitos, el “taco acorazado” no tiene reparo, es una tortilla hecha a mano con arroz rojo, un huevo cocido y un guiso de preferencia con otra tortilla arriba, sí, como empalmada. ¡Y es riquísimo!

O una rica cecina de Yecapixtla o de Puente de Ixtla que te harán saber que jamás habías conocido una verdadera cecina, seguro te quieres llevar un poco sin preparar a tu casa.

Como todo el centro de México acá abunda el pozole blanco con carne de cerdo acompañado con cebolla, jitomate, rábano y aguacate; así como el mole verde y rojo, el pipián; los tamales negros hechos con frijol negro y acompañados de carne de guajolote; los riquísimos mixiotes de pollo, cerdo o bagre; el clemole rojo de pollo o espinazo de puerco que te dejará chupándote los dedos.

Ah, pero eso no es todo, si quieres darte una vuelta a mercados o puestitos ambulantes puedes probar chiles rellenos, unas quesadillitas fritas con queso y flor de calabaza, champiñones, huitlacoche con elote o habas, itacates, las orejas de cazahuate, setas de temporada, hongos comestibles, frijoles ayocotes, el caldo de mojarra y el zopilote… O quizás unas gorditas con champurrado si te da frío en la noche.

Finalmente, también puedes probar bebidas de grado alcohólico como el aguardiente, el pulque, el mezcal, el rompope y los toritos hasta un tepache para mejorar tu digestión.

¿Qué se te antoja probar?

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