Las historias paranormales qué plagan las carreteras de México siempre tienen la peculiaridad de que nos hielan la sangre y nos abstienen de hacer viajes por carretera, más aun a las horas “siniestras”, empezando con la medianoche, 00:00 horas espejo casualmente.
Ya sea por una u otra, los fantasmas tienen gusto por espantar a los conductores qué prefieren la calma de la noche, en este caso, una de las curvas más pronunciadas y peligrosas de la carretera federal de cuota Cuernavaca-México es el hogar de una o varias mujeres, una niña, una joven y una anciana.
La historia de la curva más peligrosa de la carretera México - Cuernavaca
Se dice que muchos han sido los desafortunados qué se encontraron con el espectro, algunos solo la han visto a pie de carretera, otros más le han dado aventón y al pasar la curva ella desaparece en paz; otros se han convertido en acompañantes eternos.
Una de las historias más trágicas es la de un morelense qué había escuchado aquella historia de espanto con un poco de incredulidad, llamémosle Juan. Pues resulta que Juan después de escuchar tantas historias decidió hacer el viaje justo a la medianoche, pero antes se detuvo a tomar algo calentito, haciendo tiempo tomando un café, Juan escucho a dos hombres hablar sobre el espectro, uno decía que era una niña, otro qué era una joven, pronto Juan averiguaría la verdad, a medias.
Al emprender camino, llegó a la curva en punto de la medianoche, y ahí a un costado de la carretera vio a una anciana vestida de negro, su sangre casi se congeló y su corazón comenzó a latir despacio, siguió su camino pensando que la había dejado atrás, pero no, al mirar la mujer estaba frente a él, clavandole la mirada y más pálida qué el hielo, Juan cerró los ojos un momento fugaz, al abrirlos supo que algo andaba mal pues la sintió detrás de él.
Juan fue encontrado sin vida, y en su rostro una expresión de puro terror se había quedado.
No se sabe si es el mismo espectro qué toma distintas formas, o son varios y cada uno se manifiesta de maneras particulares, con propósitos están distintos.
¿Te atreves a dar un paseo por carretera a medianoche?
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