Los mexicanos no conquistamos el mundo porque no queremos, y es que sin duda el ingenio y talento de todos en este país no se ponen en cuestión, puesto que, siempre hemos sabido sacarle partido a las situaciones por más complicadas que parezcan ser.
Como pasó con el chicle, antes conocido como “chilte” y su ahora abrumadora popularidad internacional como “goma de mascar”.
¿De dónde viene el chicle?
Hay varias teorías, que según historiadores e investigadores podrían coincidir, por ejemplo se dice que el chicle puede provenir de dos árboles: la “sapodilla” oriunda de la península de Yucatán o del “chilte” o “chicozapote” conocido en Jalisco, particularmente en Talpa de Allende.
¿Qué es el chilte?
Como decíamos el “chilte” es realmente el “chicozapote”, (“xicotzápotl” en su nombre náhuatl), conocido también como “el árbol del chicle” abundante en los bosques tropicales de México y Centroamérica, particularmente en la zona occidente del país por la Sierra Madre Occidental.
¿Dónde puede comprarse el “chilte”?
El chilte convertido en goma de mascar sin mayores aditivos se puede encontrar principalmente en Talpa de Allende, Jalisco, sitio que actualmente funge como uno de los principales productores a nivel nacional; sitio donde incluso podrás encontrar diversas artesanías comestibles elaboradas con base en chilte.
¿Qué beneficios médicos tiene el chilte?
Algunos médicos han recomendado el chilte de Talpa antes de ser “chicle” por su longevidad sin perder la forma o capacidad de elasticidad como parte de los ejercicios de recuperación para la parálisis facial, puesto que obliga al movimiento de los músculos faciales recuperando su tono y fuerza.
¿Qué uso le daban antes al chicle?
Inclusive, en la antigüedad los mayas usaban el chicle para refrescar el aliento y mantener los dientes limpios; mientras que los aztecas le dieron un uso más pragmático y añadiéndole otras savias de árbol crearon una especie de “pegamento”.
No obstante, no sería hasta 1840 cuando John Curtis hirvió resina, la recubrió con almidón y la cortó en tiras desarrollando el primer “chicle” comercial conocido en la historia.
¡Quién diría que fue México quien inició con esto!
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