En la última portada de una famosa revista aparece Michelle Rodríguez, comediante y actriz mexicana, mostrándose tal cual es y parece que a muchos les molesta por el sobrepeso.
En lo personal admiro su carrera, su perseverancia, su talento, su seguridad, su autoestima y su decisión de romper estereotipos.
Porque la belleza de la mujer no son kilos menos o kilos más, sino su manera de conducirse por la vida, sus emprendimientos, sus actos nobles, su risa, las veces que se ha caído y levantado a pesar de las heridas, sus valores, su esfuerzo, su ejemplo.
Michelle Rodríguez, la muestra de la mujer verdadera, sin filtro
En esta ocasión Michelle muestra algo verdadero y natural, algo que refleja a un buen porcentaje de la mujer mexicana. Ella mostró lo que no se atreven a aceptar porque “no está dentro de los cánones de belleza”. Los comentarios que recibió lo reflejan: “Logras que nos veamos a través de ti”…. “Muchas mujeres gorditas no nos atrevemos a ser libres”.
Por otro lado, también recibió comentarios negativos (en especial en las redes sociales). Esas palabras aunque sean digitales son igual de hirientes que como si se dijeran en persona.
Y esto no es nuevo, desde hace miles de años la gente no cuida sus palabras, por eso el filósofo Sócrates en Grecia enseñaba a sus discípulos el filtro de los tres pasos para antes de hablar.
El primero filtro es la verdad: examinar cuidadosamente si lo que se quiere decir es verdadero en todos sus puntos. El segundo es la bondad: ¿lo que se quiere decir es por lo menos bueno? Y el tercero: ¿es necesario lo que se dirá?
Las palabras que emitimos siempre tienen un impacto y no tienen vuelta atrás, seamos conscientes y responsables de ello. Por eso siempre antes de hablar piensa: ¿Es verdadero?, ¿Es bueno?, ¿Es necesario?
Reflexionemos.
Te podría interesar: ¡Amor digital! Le pagan viaje y la rechazan por exceso de filtros
Tengo Todo Excepto A Ti | Capítulo 23 | Ámbar va a la cárcel.