Dan a conocer los rostros de la pobreza extrema del Bordo de Xochiaca
La pobreza lastima a las familias mexicanas en todo el país, no sólo a los que viven en los municipios alejados, también en la zona metropolitana hay gente marginada.
“Una gran vista de la ciudad Nezahualcóyotl, una zona federal donde no se puede construir, por otro lado están las vías del amor, justo está pasando el tren y a sus orillas vemos casas de cartón donde la pobreza existe en su forma más extrema”, indicó Geraldine.
En casitas es donde viven los pepenadores del Bordo de Xochiaca.
Pocas personas tienen un empleo quienes trabajan con la basura, en el Bordo de Xochiaca son recolectores. Con sus carritos entran al basurero y recolectan lo que pueden para poder vender lo que sí sirve.
“Sí, soy pepenador, trabajo en la basura, tengo años, unos 15 años”, indicó un pepenador.
Muchos años viviendo en su mundo, en un lugarcito de 2x2. Las familias crecen muy rápido y la niñez se interrumpe al ser madres o padres demasiado pronto.
“Sí, es mi hija, tiene 17 años y ya eres mamá, él es el papá de tu hija, yo tengo 20. Trabajo en la basura”, indicó Evelyn.
“Nos enfrentamos a enfermedades, hay veces que sacamos para la comida, hay veces que no sacamos”, dijo Miguel.
Sin duda, la casa de Zoila es la más pobre de la zona.
“No me dan trabajo, ya piden estudios, primaria terminada o secundaria, papeles y no tengo. Aquí apenas nos vinieron a desalojar, que les prometen vivienda digna, que México sin hambre, siempre ha dicho el gobierno eso y no se ve nada”, aseguró Zoila.
Pasamos al interior de sus casas.
“Son casitas de polines con lonas, aquí es donde nosotros vivimos. Vemos que tienen su cama, con colchones. Nos caen de la basura. Aquí tienen su cocinita”, indicó Zoila.
Dos piezas de pollo que llevan días serán su comida de hoy.
” Yo soy Víctor Manuel, soy hijo, tengo problemas de drogas desde morrillo, como a los 14, 15 años, ahorita tengo 27, inhalas activo. 7 años viviendo en esta casa, no hay nada de higiene, no hay baño, el piso es una especie de lija o algún tapete de cartón que no se barre, que no se limpia, no solo viven así, se han acostumbrado a vivir así. Mi cara, estoy media mal, sufrí parálisis. La dotación donde vivimos. Entra uno en depresión, ya no dan ganas luego de seguir”, comentó Víctor.
” Pues yo no tengo pareja y mis hijos cayeron en drogas por lo mismo que estamos en un lugar así, ánimo”, dijo Zoila.
En el cuarto aledaño murió alguien, aún hay restos de olor y podredumbre.
Totalmente insalubre, recorriendo las casas aledañas. Abundan los perros, basura y desperdicios a cielo abierto de quienes viven ahí.
Las familias se destruyen fácilmente porque sus hijos buscan la salida fácil en la delincuencia y drogadicción, algunos se convierten en víctimas de sus propios hijos.
“Cayeron en la drogadicción, le ganó el alcohol, las mujeres y el vicio, ahorita anda muy mal, ya no quiere que yo le llame la atención y me quiso pegar, tuve que llamar a la patrulla y se los llevaron a los separos. Mira, va llegando: “hola ¿cómo estás? Sí, se me pasó, la lastime, no está bien”, dio a conocer Vicky.
Ellos mismos tienen identificados los puntos rojos de venta de droga y nadie dice nada, hasta las autoridades se hacen de la vista gorda.
Estas son las huellas de la pobreza extrema, de los que no tienen papeles, de los que no tienen estudios ni identificaciones, son los olvidados.
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